¿Qué consecuencias tiene la puesta en marcha del Real Decreto sobre el uso sostenible de antibióticos en especies de interés ganadero?
Texto por: María Barrera Báez. Revisado por: Álvaro Fernández-Blanco B.
El próximo 2 de enero de 2023 entrará en vigor el Real Decreto 992/2022, de 29 de noviembre, por el que se establece el marco de actuación para lograr un uso sostenible de antibióticos en especies ganaderas.
Uno de los objetivos de la nueva normativa es la lucha contra las resistencias antimicrobianas. Este es uno de los principales problemas sanitarios existentes en la actualidad, siendo una prioridad para la Unión Europea desde que, en noviembre de 2011, estableció el Plan Director de Acción sobre Resistencias Antimicrobianas; lo que a su vez impulsó en 2014 la aprobación por parte de España del primer Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN). Once años después, la regulación pone fecha de entrada fija a la llamada “Era Post-antibióticos”.
Gran parte de las resistencias antimicrobianas están asociadas a un uso excesivo e incorrecto de antibióticos de síntesis en las rutinas ganaderas y hospitalarias o la atención primaria. Si bien en la ganadería tradicional el ganado era tratado mediante la aplicación y administración de plantas con propiedades terapéuticas, la creciente intensificación de la ganadería en el último siglo ha desplazado estas prácticas por el uso de fármacos de síntesis al dirigir la mirada a aspectos productivos por encima del bienestar animal; lo que ha desencadenado uno de los mayores problemas de salud mundial en los que nos encontramos envueltos en la actualidad. Y es que este no es un problema que se quede en la ganadería sin trascender, sino que traspasa la frontera y acaba afectando a la salud de los seres humanos.
Debido a esta dimensión transfronteriza surge el movimiento “una sola salud, One Health”, iniciativa global cuya finalidad es garantizar un enfoque holístico a la hora de hacer frente a las amenazas para la salud de los animales, los seres humanos, las plantas y su entorno.
Este concepto defiende la idea de que la salud humana y animal son interdependientes y están ligadas a la salud de los ecosistemas en los que existen, por lo que debe concebirse y aplicarse como un enfoque global colaborativo para comprender los riesgos para la salud humana y animal y la salud del ecosistema en su conjunto. Algo bastante obvio pero que en los últimos decenios hemos pasado por alto o dejado a un lado. Todo está interconectado.
Impulsado por este y otros movimientos del marco del Pacto Verde Europeo surgenestrategias como “de la granja a la mesa, Farm To Fork”, que pretende hacer evolucionar el sistema alimentario actual de la Unión Europea hacia un modelo sostenible que garantice la seguridad alimentaria e inocuidad de los alimentos.
No sorprende que uno de los principales objetivos de esta estrategia sea el de reducir en un 50% las ventas de antibióticos para animales de granja y acuicultura para 2030. La EuropeanFood Safety Authority (EFSA) y la European Medicines Agency (EMA) ya realizaron en 2017 una revisión de todas las estrategias que se proponían en la Unión Europea con este objetivo (RONAFA), y dictaminaron como herramienta para este fin la aplicación de medidas alternativas reconocidas.
Una buena alternativa es la fitoterapia, que nos permite controlar determinados procesos de manera preventiva y curativa, de forma que no solo nos permite mantener la salud de nuestro ganado, sino que logramos la más alta seguridad en términos de farmacorresistencia y mejoramos la sostenibilidad de la actividad ganadera. Sin embargo, aunque hay multitud de evidencias científicas que acreditan la efectividad de los extractos botánicos, la formación con respecto a este tema es escasa en los profesionales del sector.
El nuevo Real Decreto 992/2022, de 29 de noviembre, establece medidas nacionales para favorecer el uso sostenible de antibióticos en el ámbito de interés ganadero, para lo cual regula el método para realizar el cálculo del uso habitual y trimestral de antibióticos por explotación, tomando las bases de datos que ya obran en poder de la Administración con el fin de reducir en todo lo posible las cargas administrativas, y del indicador de referencia nacional. Asimismo, la relación entre ambos índices permite establecer un conjunto de mecanismos de control y actuación por parte de las autoridades con el fin de asegurar la efectiva reducción de su empleo en aras de su sostenibilidad. Esto se aplicará a todas las empresas ganaderas, con excepción de las granjas de autoconsumo, así como también a las granjas de pequeño tamaño.
Con esta nueva normativa, aquellas granjas cuyo consumo habitual de antibióticos de síntesis sobrepasen las medidas establecidas como referencia nacional podrán llegar a ser sancionadas con restricciones de movimientos e incluso con la suspensión de los efectos de la autorización de la explotación ganadera, y de su reflejo en el Registro General de Explotaciones Ganaderas.
Estas medidas sacan a relucir la importancia de la fitoterapia como alternativa al uso de estos fármacos sintéticos, empujándonos a recurrir al empleo de extractos botánicos como herramienta de control frente a multitud de enfermedades, patologías y procesos. Pero, sobre todo, para mantener el equilibrio agroecológico en las granjas. Es preciso recuperar la administración de estos productos como alternativa a la prevención y control de las enfermedades ganaderas más comunes como había venido desarrollándose desde hace más de 10.000 años. Revertir los daños a la Biosfera es ya una necesidad como especie que habitamos el planeta.